lunes, 21 de marzo de 2011

Para quien trajo luz a mis tinieblas

Pasan los días,
los momentos a tu lado,
se hacen eternos,
los llantos, tornan en risas,
la vida me sonríe,
la mañana me susurra
con cada una de tus caricias.

Me has alegrado la vida,
el silencio se vuelve música,
los sollozos, sonrisas
las lágrimas, caricias.

Cuando despierto a tu lado,
mi sonrisa comienza a brillar,
mis ojos se alegran
y baila mi corazón.

Cuando despierto a tu lado,
la emoción embarga mi razón.
los cheques son tus caricias,
y pago con besos mi hipoteca.

Cuando despierto a tu lado,
no hay miedo solo calma,
pues no hay bien más preciado,
que tenerte a mi lado.

domingo, 6 de marzo de 2011

Hasta siempre, AMIGO!!!

Hoy cuando me han dado la noticia, he cerrado los ojos por un instante y comencé a recordar cada instante a tu lado, cada sonrisa, cada sencillo gesto que no todo el mundo sabe darte. Esos pequeños detalles que a la larga son capaces de forjar las grandes amistades, los buenos amigos, esos que te duele ver como se te han escapado entre los dedos y no van a volver, porque la dama de la guadaña les ha besado el corazón.

Cada año que pasa, la vida me demuestra que cuanto más sencillas hagas las cosas, más corazones te vas ganando y añadiendo a una colección que por suerte no deja de crecer. No importa el tiempo que pases sin verles, ni si les ves una, dos o tres veces al año, lo importante es que a pesar de todo eso, cuando les ves, esbozas una sonrisa simple y llana demostrando la importancia de esa persona.

Ayer, una de esas personas que me hacía sonreír de ese modo, se me ha escapado entre los dedos, aún recuerdo cada vez que estabamos en el travelling y me llamabas con tu frase de siempre, "NENU, HAY MUS" y comenzabas a sonreir, no te importaba que en tu boca faltaran perlas, ni que pensaría la gente al verte con "TUS NIÑOS" como nos solías llamar cariñosamente, ni las lágrimas derramadas por MARCO cuando se nos fue, las tonadas asturianas que siempre entrabas cantando, o las miles de veces que me veías y me alegrabas el día, aunque fuera gris y lluvioso como el peor de los días de tormenta.

Me contabas historias de cuando mi padre era un "yogurin" y tu le enseñabas a jugar al mus, o le provocabas, exactamente igual que hacías conmigo, porque esa era tu forma de ser, tu manera de ver la vida y de disfrutarla, a tu modo, nos ganaste a todos uno a uno, sin "envites", solo con sencillez. Espero algún día reencontrarme contigo, y volver a escuchar de tus labios esa frase... "NENU, HAY MUS".

HASTA SIEMPRE, CANTAMAÑANAS!!!!