viernes, 18 de julio de 2008

Seguimos buscando

En ocasiones el tiempo da respuesta a las preguntas que la vida nos plantea, siempre y cuando, sepamos buscarlas. Dicen que la vida tarde o temprano ubica a cada uno en su lugar, pues bien, yo sigo esprando que me muestre donde tengo que estar, pues no lo sé.

Sigo perdiendo el tiempo en intentar encontrarme sin conseguir nada. Sigo en ese letargo llamado desesperanza por no encontrar la parte de mí que tanto anhelo, que tanto me falta. Si la vida es justa, cosa que ya dudo, debería marcarme el camino a seguir, pero no lo hace, simplemente se sienta a esperar y a reirse de todo cuanto hago.

No soy capaz de reconducir el barco de mi vida, no encuentro ese camino. El timón hace tiempo que comenzó a girar al sentido contrario del que marcan mis pensamientos, pero, ni sujetándolo con todas mis fuerzas consigo enderezar este maldito rumbo. Ya no hay brújula que señale al norte, o está despolarizada o directamente ha dejado de funcionar, quien sabe.

Sigo perdido al amparo de la soledad que no termina de enseñarme nada, salvo la necesidad de seguir buscando, algo que ya sabía por mi mismo. Se que la vida no es un camino de rosas y que cada día hay que vivirlo porque dicen que no hay dos días iguales, pues yo, me río de quien haya echo esa afirmación, y si quiere le doy pruebas, pues, llevo repitiendo los mismos días desde hace tiempo.

No puedo tirar la toalla, ni rendirme, ni desesperame. La deseperación no lleva a nada, rendirse solo hace más daño, aunque seguir adelante tampoco es fácil, pero debo hacerlo dejando a un lado el orgullo, que en determinadas ocasiones no es buen compañero de viaje y casi siempre nos intenta cegar, y lo de tirar la toalla lo dejaremos para otra ocasión.

martes, 15 de julio de 2008

Sin noticias de ti

Pasan los días sin noticias, recorres las calles con la esperanza de encontrar ese pedacito de tí que desaparecio en la oscuridad de la noche. Cada día es gris. El sol hace tiempo que ha decidido dejar de calentar tus mañanas, y la luna ya no se esfuerza en hacerte compañia, porque sabe que no eres capaz de apreciar su belleza sin esa parte perdida.

Pasa la vida y no ves más que a tu vieja amiga la soledad preguntándote hacia donde caminas, dudando si serás capaz de reencontrarte contigo. Estás más vacío por momentos, nada te llena. No hay cura para tu locura. Necesitas un mapa que te indique por donde debes empezar a buscarte, y tal vez así seas capaz de encontrarte.

Buscas por los lugares donde solía perderse tu sonrisa, le preguntas si te ha visto, si sabe algo de ti, pero ni con esas te encuentras. Sigues desaparecido en algún lugar de la nada, en ningún sueño te ves.

Las esperanzas de encontrarte josy brillan por su ausencia, los poemas donde antes te buscabas resultan innecesarios porque ni siquiera para buscarte consigues sacar una letra. No hay lugar donde buscarte pues por mucho que lo intentes no te encuentras, por mucho que lo quieras sigues perdido.

A cada respuesta le salen mil preguntas, pero a cada pregunta... ni una sola respuesta.

martes, 8 de julio de 2008

Entre dos tierras

Desde hace una temporada mi vida ya no es lo que era, a decir verdad, tampoco puede llamarsele vida, es una cosa que está ahí porque tiene que haber de todo en la viña del señor. Desde hace una temporada ando en busca de mi mismo, de esa parte de mí que ha decidido extinguirse, que se fue sin dejar una simple nota de despedida.

Desde hace una temporada los sueños de ayer se han convertido en las pesadillas de hoy, vago por las calles en busca de respuestas que me ayuden a volver a ser el que era, que me sirvan para encontrarme, pero a cada respuesta que hayo en mi camino, le suceden un sinfín de preguntas nuevas, como si la realidad y la fantasía que antes estaban hermanadas se separasen dejandome entre dos tierras.

Desde hace una temporada se repite el mismo guión en cada despertar y en cada anochecer. Los instantes de felicidad se han quedado en un cajón y los momentos de melancolía se hacen fuertes dentro de mí.

Desde hace una temporada la vida ya no me sonrie, me da la espalda y sigue su camino evitando que pueda alcanzarla, sin dejar huellas que me indiquen por donde debo caminar, sin decirme donde debo ir.

Desde hace una temporada he perdido toda esperanza de reencontrarme conmigo mismo, porque cada día me doy cuenta de que la parte que busco no vendrá a mi porque está dentro de ti.

martes, 1 de julio de 2008

Esperanzas

Hay días en la vida de toda persona en los cuales nos paramos a visualizar como está nuestra vida. Pues bien, en este preciso momento la mía no está en su mejor instante, más bien, está en uno de los peores, sino el peor.

Hoy me levanté vacío de esperanzas, ya no me queda ninguna o simplemente es mi estado de ánimo el que me impide verlas, no lo se. Tal vez las he ido dilapidando una a una y ahora, en este preciso instante en el que necesito que una de ellas me sonría para intentar levantar una vida que ha incado las rodillas, me encuentro que no tengo nada.

No sólo eso, sino como dice una canción de warcry "he perdido la esperanza, yace muerta a mis pies", ni si quiera puedo buscar una para tener un "poco de fe". Esta vez me he perdido de verdad, y sinceramente no creo que haya modo de encontrarme, de encontrar esa parte de mí que se quedó en algún rincón de una habitación oscura.

Tal vez sea solo fruto de este mal momento o tal vez no. Lo único que veo es que siempre, pase lo que pase, termino en el mismo sitio, es decir, en ningun lugar. No consigo encontrar "esa parte de mí que me acompaña a vivir", que me haga recuperar la sonrisa, que me haga un soñador nuevamente, que me de fuerzas, que me de esperanzas para creer que puedo cambiar el rumbo de este barco que vaga por el océano a la deriba sin remedio.

No se porque, cuanto mas jodido está uno, y más hundido cree que está no consigue visualizar el fondo, ¿será posible que todavía pueda hundirme más? Puede ser, porque no veo el fondo cerca, simplemente lo veo todo negro, ya no veo el vaso medio vacío, sino que en él ya no queda ni una gota de esperanza.

Durante mucho tiempo me aferré a un sueño, a una esperanza, pero yo mismo me encargué de hacer que se fuera a la mierda, por lo menos espero haber aprendido algo durante este tiempo. En realidad algo sí que he aprendido, pues aunque no me lo quiera creer, a veces la soledad es una buena maestra.

En este preciso instante por mi cabeza pasan millones de recuerdos que pasan una y otra vez como si se tratase de una película que nunca se acaba, incluso en mis sueños pasa cada uno de esos preciosos instantes que un día me hicieron sonreir y ver el vaso revosando de esperanzas, ese mismo que hoy está vacío, es lo que tiene la vida, unas veces estás arriba y otras muy abajo, lo más dificil no es caer, sino aprender a levantarse, pero para ello necesitaré una esperanza, a ver si algún día la encuentro.