martes, 20 de diciembre de 2022

Lágrima

 Comienzas como un deshielo,

te desbordas por el desfiladero,

recorres el sendero de sus montañas sonrosadas,

dejando tenue reguero en tu caminar,

pasas por la llanura de sus muecas,

hasta un rojo lugar,

sientes celos de la sonrisa

que enmascara tu dolor,

sigues tu sendero hasta el precipio

desde donde caes sin temor,

eres dolor errante del alma

que sufre con tu brotar,

ahogas su pecho en tu andar,

dueles cual herida profunda,

pero sanas al pasar.

Y eso eres tú... pequeña lágrima.


sábado, 17 de diciembre de 2022

retomando el timón

     Y llegó un día, donde decides volver, por serenidad, para devolverte tu paz mental y la armonía a tu alma, nunca debí de irme de aquí, dejar de escribir fue el peor de mis castigos, pero, tras este largo período, tras bajar a lo más profundo del averno, he sentido esa necesidad de volver a casa.


    Muchos años, han pasado desde entonces, aquellos últimos versos, reflexiones y anhelos. Bajé al oscuro rincón donde se acumulan mis miedos, donde los demonios se saben fuertes, a ese infierno del que muy pocos vuelven. Tiene sentido, rescatar todo cuanto te hizo feliz en su momento, donde te sientes tú mismo y a ese mágico lugar, donde tantas y tantas veces, me senté conmigo a conversar, a sentir.

   Debo decirte, viejo amigo, que te eché muchísimo de menos, pero, no me sentía con fuerzas para dejar volar esa magia que había en mi interior, y tantos momentos de calma. Necesitaba pasar mi proceso, reencontrarme a mí mismo y en ello sigo, aunque esta vez, con ganas de reencontrarme contigo. Es verdad que estuve ausente, pero necesitaba curar mi alma rota, volver a quererme, pero sobre todo a entenderme.

    Te prometo que no ha sido un proceso fácil, pero con el tiempo, me di cuenta, que necesito volcar mis sentimientos, esos que creí dormidos, vuelvo a tener las ganas de escribir como al principio, pero esta vez, con la misma ilusión que un niño abre sus regalos el día de reyes.


    Cuando caes a lo más hondo de tu dolor, crees que tus demonios son más fuertes que tú, pero poco a poco te vas dando cuenta que no es así, por fin, todo vuelve a ser como al principio, mis ojos se vuelven a iluminar, la soledad me enseñó a rodearme de gente que sume y me valora.


Por fin, he decido volver aquí, porque tras mucho tiempo, me siento fuerte