sábado, 17 de diciembre de 2022

retomando el timón

     Y llegó un día, donde decides volver, por serenidad, para devolverte tu paz mental y la armonía a tu alma, nunca debí de irme de aquí, dejar de escribir fue el peor de mis castigos, pero, tras este largo período, tras bajar a lo más profundo del averno, he sentido esa necesidad de volver a casa.


    Muchos años, han pasado desde entonces, aquellos últimos versos, reflexiones y anhelos. Bajé al oscuro rincón donde se acumulan mis miedos, donde los demonios se saben fuertes, a ese infierno del que muy pocos vuelven. Tiene sentido, rescatar todo cuanto te hizo feliz en su momento, donde te sientes tú mismo y a ese mágico lugar, donde tantas y tantas veces, me senté conmigo a conversar, a sentir.

   Debo decirte, viejo amigo, que te eché muchísimo de menos, pero, no me sentía con fuerzas para dejar volar esa magia que había en mi interior, y tantos momentos de calma. Necesitaba pasar mi proceso, reencontrarme a mí mismo y en ello sigo, aunque esta vez, con ganas de reencontrarme contigo. Es verdad que estuve ausente, pero necesitaba curar mi alma rota, volver a quererme, pero sobre todo a entenderme.

    Te prometo que no ha sido un proceso fácil, pero con el tiempo, me di cuenta, que necesito volcar mis sentimientos, esos que creí dormidos, vuelvo a tener las ganas de escribir como al principio, pero esta vez, con la misma ilusión que un niño abre sus regalos el día de reyes.


    Cuando caes a lo más hondo de tu dolor, crees que tus demonios son más fuertes que tú, pero poco a poco te vas dando cuenta que no es así, por fin, todo vuelve a ser como al principio, mis ojos se vuelven a iluminar, la soledad me enseñó a rodearme de gente que sume y me valora.


Por fin, he decido volver aquí, porque tras mucho tiempo, me siento fuerte

No hay comentarios: