lunes, 20 de marzo de 2023

El camino hasta ahora

  Llega un día en la vida de toda persona, que sin darte cuenta, echas la vista atrás. No tiene porque ser malo girarse de vez en cuando para ver el camino que llevas recorrido y lo más importante, cuánto te ha costado  lo obtenido.


    Van casi dos años, de uno de los momentos más dolorosos que me han tocado vivir, el perder a quién durante tantos años fue mi compañera de viaje y con quien tengo una hija preciosa. Todo llega y todo pasa. Las relaciones empiezan pero, por desgracia también pueden tener un punto y final.

    Hoy cuando falta un mes, para cumplirse dos años de ese momento, siento la necesidad de mirar el camino recorrido, con todas y cada una de sus piedras y escondrijos. Nunca es fácil recorrer ese camino y en este caso ha sido muy jodido, pero, cuando tienes la gran suerte de encontrarte personas maravillosas que deciden sumarse a tu paso, ese camino tenue y tortuoso, se convierte en placentero.

    Toca decidir que durante este camino me encontré con más espinas y tormentas que con un recorrido a disfrutar, pero cada momento, tiene su parte de aprendizaje, pues la vida es eso "caer, levantarse, insistir y aprender", caer para ver quien está dispuesto a ayudarte a ponerte nuevamente en pie, levantarte, lamerte las heridas y seguir recorriendo tu sendero, insistir porque el mundo sigue girando sin detenerse por nadie y aprender, para no volver a cometer los mismos errores que te condenaron a un fracaso estrepitoso.

    En estos casi dos años, tras bajar a ese lugar donde los miedos te hacen ser algo ínfimo comparado con quienes creías ser, vas poco a poco volviendo a creer en ti, pues si no lo haces tú, nadie lo hará. Vuelves a tener confianza en tus actos, tus palabras y tus pensamientos, te vas dando cuenta, que eres mucho más que esos harapos vislumbrados al principio. Es verdad, que sigo con una coraza que me impide hacer ciertas cosas, aunque el tiempo todo lo cura, estoy intentando, darme tiempo, disfrutarme, sentirme, pero sobre todo a tolerarme y quererme, con mis virtudes y mis defectos, intentando en primer lugar, no defraudarme y nuevamente, queriendo ser yo,  empieza la versión 2.0.